Cuando llegamos a la conclusión de que, quizás, nuestras necesidades emocionales son demasiado y sentimos que somos difíciles de querer, tenemos la tentación de dejar de lado nuestras necesidades en un intento de mantener el vínculo y sentirnos, ahora sí queridas... y queribles.
La cuestión es que estaremos dejando de lado nuestras necesidades; estaremos omitiendo una parte de nuestro sentir con tal de quedarnos en una relación que, teniendo en cuenta lo anterior, es posible que no pueda proporcionarnos lo que verdaderamente necesitamos.
Cabe decir que a veces una relación no nos proporciona lo que necesitamos porque no hemos manifestado nuestras necesidades emocionales a nuestra pareja.
En otros casos, por más que lo hayamos intentado, parece no haber match entre lo que necesitamos y lo que nuestra pareja puede aportarnos.
Hablo de este segundo escenario, una situación en la que a menudo caemos en dar prioridad quedarnos en relación por delante de escucharnos.
Y la consecuencia directa es que nos quedamos pagando un alto precio. Un precio del que no somos conscientes hasta que no empezamos a sentir que hemos ido perdiendo nuestro bienestar por el camino.
Por eso: Escúchate.
Haz un ejercicio de honestidad contigo mismx y atrévete a mirar a la relación sin parches, sin estrategias que oculten lo que necesitas.
Solamente así podrás optar a tener una relación que satisfaga tus necesidades, una relación en la que te sientas segurx.
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