En una relación sana es natural, incluso esperable:
- Que haya diferencias en cuanto a opiniones o puntos de vista, y que existan desacuerdos y conflictos.
- Que la intensidad emocional del inicio se disipe con el tiempo. O, mejor dicho, que la intensidad se transforme en calma y seguridad.
- Que exista rutina y monotonía. También algunos días malos o días en los que no nos sintamos tan conectados/as a nuestra pareja.
- Que no tengamos ganas de practicar sexo tan a menudo como al inicio de la relación.
- Que necesitemos sentirnos cuidados/as, especiales, importantes, escogidos/as y queridos/as.
- Que necesitamos obtener cierta reafirmación sobre la relación y sobre lo que nuestra pareja siente por nosotros/as.
- Que tengamos diferentes necesidades y tempos respecto a la gestión de los conflictos.
- Que nos esforcemos en cuidar la relación a diario, con las pequeñas cosas, a la vez que sentimos que nuestra pareja hace lo mismo.
- Que necesitemos pasar un tiempo a solas y cultivar vínculos fuera de la relación de pareja.
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