Al poco tiempo de iniciar mi carrera como psicóloga me di cuenta de algo: muchos de nuestros problemas interpersonales se entienden si, y solamente si, los interpretamos desde las gafas del amor propio.
De la salud de nuestra autoestima no solamente depende cuánto nos queramos, sino cómo reaccionemos a las adversidades, cómo interpretamos lo que nos sucede y, por supuesto, cómo nos relacionamos.
Nuestra autoestima funciona como un filtro haciéndonos vivir lo que nos sucede de una forma o de otra muy distinta, dependiendo de si está en plena forma o no.
A alguien de nuestro alrededor le van las cosas bien, y no sabemos porqué pero en vez de alegrarnos, nos sentimos mal por no estar en su lugar. Nos comparamos con los demás, centrándonos casualmente en aquellos aspectos que no nos convencen de nosotros mismos. No nos atrevemos a dar nuestra opinión porque la consideramos menos válida que las de los demás. Damos credibilidad a los comentarios de otras personas, aunque no sintamos que estén en lo cierto, solamente porque creemos que su opinión es más válida que la nuestra.
Y no solamente nos afecta a nosotros/as, sino también a las personas que nos rodean.
He acompañado a personas cuyas parejas no soportaban la idea de que triunfasen. ¿El resultado? Que minimizaban y escondían sus triunfos únicamente para preservar el ego de sus parejas. O personas que anteponían el bienestar de sus parejas por encima del suyo, porque sus parejas "lo merecían". Ejemplos que ilustran eso de que algunas personas, para brillar, necesitan apagar la luz de otras.
En ciertos casos, no solamente apagan la luz, sino que hacen que sus parejas "sacrifiquen" su vida (en el sentido abstracto) dejando sus ideas, opiniones, metas y bienestar de lado.
¿Por qué?, os preguntaréis.
Una baja autoestima no siempre se proyecta como tal. Sino que en ocasiones se refleja en forma de un gran ego. Una fachada de falsa seguridad que consigue su objetivo: hacer creer a los demás que se siente bien consigo mismo/a, cuando en realidad lo que sucede en su interior es muy distinto.
Con todo lo anterior no quiero transmitir la idea equivocada de que debemos ser egoístas y actuar únicamente en nuestro beneficio. No. Por supuesto debemos actuar de tal forma que promovamos la buena salud mental de nuestra pareja. Pero debemos poner nuestra autoestima y nuestro bienestar por delante de todo a la vez que procuramos preservar los de nuestras parejas (y esto también es válido para familiares u otro tipo de relaciones).
Comments