Si sientes ansiedad, nostalgia, malestar, irritabilidad, malhumor... los domingos y va aumentando a medida que avanza el día, ¡no estás sólo/a! Conocido como «depresión de domingo» o «síndrome de domingo», este fenómeno tiene varias explicaciones. Sigue leyendo:
1. Puede que esté relacionada con la angustia que nos genera tener que hacer frente a las responsabilidades laborales que nos esperan para la nueva semana.
Es posible que estemos pasando un momento difícil en el trabajo, que tengamos exceso de tareas, que suframos estrés, que tengamos problemas con nuestros/as superiores o compañeros/as, que anticipemos situaciones que nos van a resultar emocionalmente difíciles de gestionar, o que nos sintamos agotados/as en relación al trabajo y que conectemos con la idea de que la situación «nos supera», y que sintamos que nos costará hacer frente a las dificultades o problemas que tengamos que resolver.
2. También puede que esté relacionada con insatisfacción respecto a nuestra vida laboral: esta causa es mucho más general que la anterior.
Es posible que nuestra situación laboral diste mucho de lo que nos gustaría. O, en otras palabras, que nuestro trabajo actual no nos llene y no nos acerque a nuestros objetivos, o que no nos permita trabajar en nuestros propósitos, o incluso que implique dejar de lado nuestros valores. O puede que estemos aburridos/as de nuestro trabajo, o que sintamos que ya hemos dejado atrás esta etapa y que debamos hacer un cambio, aunque todavía no estamos activando recursos para que el cambio se materialice y nos sentimos «atrapados/as».
3. Otra opción es que no hayamos sacado partido al fin de semana.
Si, entre semana, sentimos que no tenemos tiempo para nuestros seres queridos, para divertirnos, para escoger libremente en qué invertir tiempo, es posible que el fin de semana se nos quede corto: es posible que tengamos más planes de los que podemos hacer, por cuestiones de tiempo; y que el lunes sea una «vuelta a la realidad» que nos recuerda que no podemos invertir tanto tiempo en lo que nos gustaría.
Y... ¿qué podemos hacer?
Sea cual sea la causa de nuestra ansiedad del domingo, lo primero que recomendaría es disfrutar el momento presente, de las últimas horas de fin de semana, procurando no anticiparnos a lo que vendrá mañana lunes: centrarnos en el aquí y en el ahora, reconduciendo nuestra atención.
Si las razones 1. y 2️. encajan con nuestra situación, podemos analizar el origen del malestar y ponernos manos a la obra para mejorar nuestra situación a través de un proceso de crecimiento personal.
Y, si se trata de la tercera razón, podemos aprender de la experiencia y evitar que la situación se repita el próximo fin de semana. Otra opción: buscar pequeños oasis que nos recuerdan al fin de semana de lunes a viernes.
Estrategias de gestión de emociones a nivel fisiológico nos ayudarán en el proceso.
Si tu situación te genera malestar y sientes que no cuentas con las herramientas para gestionarla, no dudes en buscar ayuda profesional.
Si deseas que seamos nosotras quienes te acompañemos en el proceso, estaremos encantadas de hacerlo. Puedes conocernos aquí y contactarnos desde el formulario de contacto.
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