Las relaciones de pareja son, en muchas ocasiones, complicadas. En algunos casos, las parejas se llevan mal hasta el punto de estar alcanzando niveles de estrés y de malestar importantes. En estos casos es posible que nos encontremos delante de una relación tóxica.
Una relación tóxica se define como aquella en la que uno de los dos integrantes tiene comportamientos inapropiados que dejan al otro integrante en una posición de vulnerabilidad psicológica y emocional.
En ocasiones, todo empieza cuando se confunde el enamoramiento con amor; es posible que acabemos inmersos en relaciones negativas colmadas de sufrimiento que nos complican la vida. Culturalmente se nos ha explicado que hay que “hacer todo por amor”. Pero lo cierto es que este tipo de relaciones no nos hacen felices.
¿Cuándo podemos considerar que una relación es tóxica?
1. Cuando sentimos una gran insatisfacción en la relación de pareja pero no podemos salir de ella.
2. Cuando hay un conflicto permanente y hay más momentos negativos que positivos.
3. Cuando nos damos cuenta de que “nos hemos perdido a nosotros mismos” por complacer al otro.
4. Cuando nuestra relación de pareja se convierte en una guerra de poder: sumisión vs dominación.
Es posible que todos nos sintamos identificados con alguno de los puntos anteriores, en algún momento de nuestra vida. Pero el problema llega cuando este tipo de emociones se instalan en la base de una relación y no podemos salir de esta dinámica, en cuyo caso es momento de tomar las riendas y actuar.
