De no creerlo a sentir tristeza; y de la tristeza a la rabia. Éstas son algunas de las típicas etapas del duelo que se dan tras una ruptura. A continuación vamos a detallarlas:
1. Ausencia de reacción/shock: actuamos como si no hubiera pasado nada porque no somos del todo conscientes de la pérdida y de lo que supone la nueva situación. Esta fase se da sobre todo en personas a las que les "han dejado". Las personas que "dejan" han iniciado el proceso de duelo mucho antes de tomar la decisión, por lo que no suelen pasar por esta etapa.
2. Negación: una vez asumimos la situación, no queremos aceptarlo. La negación se manifiesta con fantasías con volver a estar juntos y con la idea de que es algo temporal fruto de un error, por lo que mentalmente seguramente busquemos formas de solucionar la situación y volver a estar juntos.
3. Tristeza: una vez somos conscientes del cambio y de que la vida sigue pero sin la persona amada a nuestro lado, adoptamos una visión negativa del mundo, de nuestro futuro e incluso de nosotros mismos/as. Aunque nos duela, es importante aceptar la tristeza: es vital pasar por esta etapa si queremos hacer un duelo sano. Repito: aunque duela.
4. Culpa: intentamos buscar explicaciones y responsables de la ruptura. Nuestra mente no para de darle vueltas. Puede ser especialmente agotador si las razones de la ruptura no están claras, en cuyo caso es posible que tendamos a autoculparnos, al 100%, de la ruptura. Esta fase suele ir acompañada de ansiedad, frustración e impotencia.
5. Rabia: aunque pueda parecer negativo, la rabia puede ser una gran aliada. "Gracias" a la rabia, evitaremos tener contacto con nuestra expareja. Como resultado, nos mantendremos suficientemente al margen como para que las heridas vayan sanando sin hacer "pasos en falso" que, con alta probabilidad, nos resultarían contraproducentes.
Nadie ha nacido sabiendo cómo afrontar una ruptura. Si consideras que estás estancado/a en alguna de las fases, busca ayuda.
