La palabra "crisis" es algo que todos evitamos a toda costa; por todo lo que quiere decir que ha sucedido y por todo lo que está por venir: asusta.
Las crisis de pareja a veces tienen una causa clara y delimitada, conocida incluso por ambos miembros; pero hay ocasiones en las que no hay motivo que explique o justifique dicha crisis. Ya sea por el mero paso del tiempo, por la rutina, el desgaste de la convivencia y de los problemas del día a día, o bien porque "nos relajamos" y la magia se va perdiendo... todos estos motivos pueden ser el desencadenante de una crisis de pareja.
¿Quieres saber si estáis atravesando una crisis de pareja? Sigue leyendo:
1. Los sentimientos no son recíprocos; uno de los dos está más ilusionado con la relación y con el futuro de la misma que el otro. Esto se traduce en desgana a la hora de hacer planes juntos.
2. Adoptar una actitud pasiva ante los conflictos del día a día; es normal que se den conflictos, ya que hay situaciones a las que debe darse respuesta y no necesariamente ambos miembros están de acuerdo. Ya sea porque uno se ha acostumbrado a que no se resuelvan los conflictos favorablemente, o bien porque no le ve futuro, es posible que se acabe desarrollando una actitud pasiva que, a largo plazo, mantiene el problema.
3. Dejamos de estar atentos a las necesidades del otro; como consecuencia, no podemos ofrecerle nuestro apoyo y, por su parte, puede llegar a sentir que no puede contar con nosotros.
4. Falta de confianza y desconfianza: cuando nos encontramos en crisis, no nos apetece confiar ciertas cuestiones a nuestra pareja; incluso aquellas que en el pasado habíamos compartido. Además, es posible que aparezcan sospechas o desconfianza en el otro.
5. Se comparte menos espacio y experiencias: disminuyen los momentos compartidos y, a la vez que se van perdiendo las ganas de pasar ratos juntos. Como consecuencia, disminuye la calidad de la relación, ya que no se construyen nuevos recuerdos juntos.
6. Menor apetito sexual: cuando una relación ya ha pasado la fase de enamoramiento (los primeros meses), el estrés, la rutina y la monotonía junto con los cambios hormonales que se experimentan pasado ese tiempo, nos lleva a una situación en la que se pierde la intimidad de la pareja.
Estas situaciones pueden indicar una crisis más o menos intensa, dependiendo del caso; y no necesariamente implican que la pareja no pueda cambiar la situación. Es conveniente no dejar pasar la situación y poder abrir vías de comunicación para ir gestionando cada uno de los puntos problemáticos.
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