Edurne acude a consulta con un objetivo muy claro: cito, textualmente, «dejar de sufrir por amor».
En los últimos años ha estado saliendo con Martín (casado, pero teóricamente saliendo de la relación porque «lo mío con mi mujer no funciona, en unos meses voy a pedirle el divorcio»), Guille (futbolista de profesión y «rey de la discoteca» los fines de semana), Carlos (un chico que acababa de salir de una relación y seguía pensando en su ex) y Mikel (un empresario que se define como «un lobo solitario»).
¿Qué tienen todos ellos en común? Que son personas emocionalmente no disponibles: ya sea porque están casados, porque buscan pasarlo bien sin compromiso, porque tienen heridas sin curar o porque valoran la independencia en tal medida que mantener una relación resulta imposible, todos ellos, en estos momentos, ya sea por elección propia o porque es lo que han aprendido para «sobrevivir» emocionalmente en momentos previos de su vida, son incapaces de establecer una conexión emocional - justo lo que Edurne busca en una relación -.
De alguna u otra forma, Edurne empieza a trazar el patrón cuando su amiga Ainhoa la confronta: «¿no te das cuenta de que siempre te cuelgas de chicos que no te convienen?».
No es que haya nada malo en ser un «lobo solitario», tampoco en querer «rehacer» nuestra vida tras una ruptura, tampoco en querer pasarlo bien manteniendo relaciones esporádicas... El caso de Martín ya es otro tema, y depende de los valores de cada uno.... No hay nada malo en cómo Guille, Carlos y Mikel viven las relaciones, siempre y cuando sean honestos y claros.
Sin embargo, Ainhoa tenía razón: Martín Guille, Carlos y Mikel no «convenían» a Edurne simplemente porque NO podían ofrecerle lo que ella buscaba.
Hace unas semanas Edurne conoció a Patxi, por una aplicación de citas. Se han visto varias veces y entre ellos todo fluye. Pero hay un «pero» y de los grandes: «Patxi no quiere nada serio». Edurne teme caer en lo mismo. Teme volver a sufrir por amor. Pero esta vez está dispuesta a hacer lo que sea necesario para gestionarlo de una forma más sana para ella.
«Pero Montse, no puedo evitar sentirme atraída por él. "Haz que cambie de idea", me digo a mí misma.» Hacer que Patxi cambie de idea es tentador, pues creemos que, de conseguirlo, el cambio hablaría de lo maravillosa que es Edurne. La haría sentir especial, única. Por ella Patxi habría cambiado. Por ella renunciaría a sus deseos de no querer tener una relación. Y eso es mucha renuncia.
Con Edurne estamos trabajando el origen de este patrón, hemos explorado posibles heridas emocionales, estamos revisando su autoconcepto y las fuentes de las que obtiene autoestima. Nuestro objetivo es fortalecer su autoestima, identificar sus verdaderas necesidades emocionales, mejorar el «casting» y aprender a decir «no» a aquellas personas que no puedan proporcionarle lo que necesita.
Komentarze