Solemos abordar esta pregunta desde lo dicotómico: me quiere, o no me quiere.
Os propongo repensarlo e intentar explorar algo infinitamente más interesante, y es cómo nos quieren.
Debemos fijarnos en cómo actúa nuestra pareja (aunque también es aplicable a parejas potenciales, a ese chico o a esa chica que estamos conociendo) ante nuestras opiniones y decisiones; si las apoya o si las critica. Y, en el caso de que las critique, qué tipo de críticas formula.
También debemos fijarnos en la atención que presta a la información que le proporcionamos sobre nosotros/as mismos/as, sobre nuestras necesidades y sobre nuestras preferencias e inquietudes.
Otro aspecto importante es que nadie esté ni se sienta por encima del otro. Y este punto se relaciona con uno de los más importantes: cómo nos hace sentir. ¿Son sus actitudes y sus comentarios mayormente positivos, o más bien nos sentimos juzgadas/os?
En el segundo caso es posible que lleguemos a sentir que no podemos ser nosotros/as mismos/as; que debemos moderar (demasiado) algunos aspectos, o que renunciamos a aspectos que forman parte de nuestra esencia con tal de que las cosas fluyan.
Como resultado de lo anterior, es posible que nos queramos menos desde que estamos con esa persona, aunque es igualmente que no nos demos cuenta hasta pasado un tiempo, cuando la situación nos empieza a pasar factura, incluso cuando nuestro cuerpo grita lo que hemos estado acallando; algo que no debemos pasar por alto.
La atención y el interés de la persona con quien salimos para con nosotros/as, que se demuestra con sus actos, preocupándose por nosotros/as, llamándonos, preguntándonos cómo ha ido el día o estando ahí cuando las cosas no van tan bien como nos gustaría... permitirá establecer una relación desde el afecto y el apoyo mutuo.
Así que, por todo lo anterior, en vez de preguntarnos si nos quieren, será más interesante e infinitamente más sustancioso preguntarnos cómo nos quieren.
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