Para muchos de nosotros las fiestas de Navidad significan estar con nuestros seres queridos, compartir risas y buenos momentos. Sin embargo, es posible que se den ciertas asperezas y que éstas nos lleven a conectar con estrés y ansiedad.
La clave para que los eventos típicos de estas fechas vayan lo mejor posible (entendiendo por ello, que conectemos con la comodidad y la tranquilidad), evitando discusiones y situaciones incómodas, reside en el uso de la empatía, el respeto y la asertividad.
No debemos pasar por alto que es igual de importante que nos podamos expresar libremente sabiendo que nuestra opinión es legítima, a pesar de que otros piensen de forma distinta. Y aquí aparece un punto básico: nadie tiene la verdad absoluta por tanto la opinión de todos es igual de importante y merecen ser escuchados.
A continuación os dejo algunas recomendaciones:
1.Esquivar el tema abiertamente.
Si creemos que habrá alguien con quien discutiremos de forma desagradable sobre política o sobre algún otro asunto, podemos optar por decir abiertamente: "es mejor que no hablemos sobre este tema", o bien "creo que es mejor dejarlo aquí, porque parece que no nos vamos a entender".
2. Controlar el alcohol y las sobremesas.
Las comidas navideñas se alargan y suelen ir acompañadas de bebidas alcohólicas. No debemos olvidar que el alcohol funciona como un desinhibidor, sacando nuestro freno, haciendo que nos expresemos "sin filtros" y diciendo lo primero que pasa por la cabeza. Una manera fácil de evitar esto es no alargar las sobremesas o bien modular la cantidad de alcohol que ingerimos.
3. Estudiar la ubicación de los invitados en la mesa.
Si sabemos que hay dos personas que tienen ideas muy rígidas, hay que evitar sentarlas frente a frente o al lado; para, al menos, no facilitar la comunicación entre ellas.
4.Preparar temas de conversación.
Para evitar los silencios incómodos o poder interrumpir una discusión, podemos preparar preguntas sobre aficiones, el trabajo, los niños,... Son ases en la manga que pueden venirnos muy bien cuando (casi) no conocemos a la persona sentada a nuestro lado.
5. Nada de temas delicados.
Normalmente las familias tienen conversaciones pendientes sobre por ejemplo la gestión de las personas mayores. Pero son temas especialmente delicados y una fuente de conflicto entre familiares. Así que estos debates no pueden utilizarse como sustitutivos de la política, porque pueden derivar también en conflicto. Se trata de pactar con la familia que se buscaran días alternativos para hablar de estos temas más sensibles.
Dicho esto... ¡disfruta de las fiestas haciendo uso de la asertividad, la empatía y el respeto, junto a tus seres queridos!
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