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  • Foto del escritorMontse

Pensamientos que nos perjudican

Nuestro diálogo interno nos acompaña a lo largo de nuestra vida, dándonos opinión sobre lo que nos sucede, aconsejándonos, recordando situaciones pasadas, haciendo juicios de valor... En algunas (o muchas) ocasiones nos resulta tremendamente útil. Sin embargo, es posible que este diálogo interno contenga pensamientos disfuncionales; esto es, pensamientos que están basados en un procesamiento de la información erróneo, que se alejan de la realidad "objetiva" y que pueden causarnos malestar.


Estos pensamientos disfuncionales contienen mensajes concretos que aparecen en nuestra mente de forma automática y que, precisamente por eso, los creemos a pies juntillas: si aparecen de forma aparentemente instintiva, es poco probable que sean falsos ¿cierto? Además, son difíciles de controlar y no somos necesariamente conscientes de ellos, excepto si hacemos un esfuerzo extra para identificarlos.


Algunos ejemplos de pensamientos disfuncionales son: "soy un desastre", "seguro que no me sale bien", "siempre me va todo mal", "no le caigo bien a nadie",..


Este tipo de pensamientos, lejos de aportar algo positivo y enriquecedor, hacen que interpretemos la realidad de manera que sea congruente con los mismos, ofreciéndonos una interpretación de la realidad (en medida) distorsionada, ya que nos fijaremos en aquellos aspectos que confirmen que somos un desastre, o que las cosas jamás nos irán bien. Esto, a su vez, alimenta el círculo vicioso.

Para evitar que estos pensamientos disfuncionales nos perjudiquen, debemos identificarlos y, posteriormente, trabajar para cambiarlos de tal forma que nos ayuden a mejorar, a crecer - y no lo contrario -.




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