top of page
  • Foto del escritorMontse

Revisa los mensajes que te mandas, puede que no sean ciertos

Es posible que haya mensajes en nuestro foro interno que se repitan de manera sistemática, sobre todo cuando nos encontramos ante una dificultad o ante una situación que despierta nuestras inseguridades.


Estos mensajes son aprendidos. No nacimos con ellos, si no que los fuimos interiorizando con el paso del tiempo, hasta el punto en que, como probablemente sucede en la actualidad, consideramos que son de cosecha propia. Pero no. No es así.


Estos mensajes han ido mediatizando cómo nos valoramos, qué opinamos de nosotros mismos desde etapas tan relevantes para la configuración de nuestro Yo y de nuestra autoestima como la adolescencia y la adultez temprana.


Como consecuencia de estos mensajes que muy probablemente hayamos recibido de manera reiterada (y, quizás, por parte de figuras significantes como familiares, profesores, entrenadores...), hemos ido adoptado creencias que despiertan nuestras inseguridades y nuestros miedos. ¿El resultado? Que sintamos poco valiosos y poco capaces; que somos débiles, que no tenemos nada que aportar y que no somos suficientes.


Es en esos casos cuando pensamientos poco alentadores salen a la luz y nos afectan haciendo que actuemos de forma distinta a la que nos gustaría, o a como sabemos que deberíamos actuar. En otras palabras: sin querer, somos víctimas de nuestro propio sabotaje.


Yo os invito a considerar qué tipo de mensajes os soléis enviar, y a considerar en qué medida y en qué situaciones os resultan especialmente limitantes.


Me gustaría acabar este artículo sembrando una semilla: ¿y si estos mensajes que os mandáis no fuesen verdad, qué tan distinta sería vuestra vida?






28 visualizaciones0 comentarios
bottom of page