La inteligencia emocional es algo que todos poseemos, en menor o mayor medida. Ésta nos permite gestionar nuestro día a día de forma sana, sorteando las dificultades sociales y tomando decisiones tal manera que consigamos resultados positivos.
Los siguientes signos pueden indicar que hay áreas a mejorar y que podemos trabajar nuestra inteligencia emocional:
1. Estresarse con facilidad: no gestionar las emociones correctamente hace que éstas se atasquen y resulten menos manejables. Las personas con baja inteligencia emocional no suelen poder gestionar las emociones de forma sana y equilibrada, por lo que experimentan ansiedad, depresión y no cuentan con habilidades para gestionar situaciones problemáticas (suelen recurrir al consumo de sustancias).
2. Tener dificultades para poner límites: las personas con inteligencia emocional saben cómo comportarse en varias situaciones; son empáticas y amables; y saben gestionar conflictos. Por lo contrario, las personas con baja inteligencia emocional suelen tener un estilo pasivo-agresivo: no suelen dar su opinión, no son capaces de mantener el equilibrio emocional y suelen rodearse de gente tóxica.
3. Tener un vocabulario emocional limitado: todos sentimos emociones, pero no todos contamos con la capacidad de identificarlas y otorgarles un significado concreto. Por ejemplo, una persona con baja inteligencia emocional se sentirá “mal”; mientras que una con alta inteligencia emocional se sentirá “nerviosa”, “irritable”, “triste”, “menospreciada”, “vulnerable”,… Cuanto más concretas sean las palabras escogidas para describir la emoción, mejor se comprende el sentimiento y la situación que lo ha provocado. De lo contrario, es posible que se desencadenen malentendidos, malas decisiones y las relaciones se vean dañadas.
4. Dar por hecho cosas muy rápido y defenderlas sin cuestionarse otras posibilidades: las personas con poca inteligencia emocional se forman una opinión muy rápidamente y no son capaces de valorar otras posibilidades; al contrario: buscan confirmar su opinión con cada acción o hecho que se presente, ignorando las pruebas que demuestren lo contrario.
5. No perdonar los errores: las personas con baja inteligencia emocional suelen lamentarse de sus errores durante mucho tiempo; como consecuencia, se sienten mal consigo mismas y experimentan ansiedad con frecuencia. O bien se olvidan de ellos rápidamente, aumentando la probabilidad de volverlos a repetir.
Hasta aquí la primera entrega sobre la inteligencia emocional. Pronto retomaremos este tema.
Recordad que ofrecemos un taller acerca de este tema el próximo 3 de octubre, en Rubí. En él aprenderás a identificar emociones y a aplicar la inteligencia emocional en tu día a día. Si te interesa, escríbenos a montsecazcarra@gmail.com, o utiliza la opción de chat de la web.
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