Todos podemos asumir el rol de víctima alguna vez en la vida, ante situaciones difíciles que justifican que podamos sentirnos vulnerables. Sin embargo, en este post hablaremos de los casos en los que el victimismo se manifiesta de manera crónica en forma de quejas constantes, como un modo de reaccionar a cualquier situación de la vida diaria.
Las personas con un rol victimista, de manera más o menos consciente, suelen:
1. Deformar la realidad: creen que toda la culpa de lo que les sucede está fuera de su persona, por lo que nunca asumen la responsabilidad.
2. Quejarse de forma constante: como no se sienten responsables de lo que les sucede, se quejan de manera constante. Es muy posible que el entorno les haga caso; como resultado, acaban asumiendo el rol de víctimas y, como la estrategia ha funcionado, en un futuro volverán (de forma más o menos consciente) a llamar la atención de los demás a través de la queja.
3. Ser incapaces de pedir ayuda: la situación actual, en cierta medida, ya les está bien, dado que les proporciona lo que, sin querer, buscan: atención por parte de los demás.
4. Buscar culpables: desconfiar y pensar mal de los demás se vuelve algo común, ya ambas conductas van en la línea del rol victimista que busca confirmarse.
5. Cero autocrítica: no consideran que pueden mejorar nada por su parte. Recordemos que, para ellos, la culpa siempre es de los demás, por lo que no hay cabida para los errores. Las críticas serán tomadas como un ataque a su persona.
Si los puntos anteriores te resultan familiares y las personas de tu alrededor suelen decirte que te comportas de esta forma, quizás sea el momento de romper con viejos hábitos. TÚ serás el primero en beneficiarte del cambio :)
