Bienestar emocinal
Siéntete bien, contigo y con los demás. Vive sin limitaciones.
La psicoterapia ha sido tradicionalmente asociada a los trastornos y patologías; a mí me gusta más pensar en ella en términos de malestar-bienestar porque, al fin y al cabo, el bienestar emocional está en el centro de todo y es la meta definitiva que el proceso terapéutico pretende alcanzar.
Así pues, el bienestar emocional no solamente implica ausencia de enfermedad, sino sentirse bien, en el más amplio sentido de la palabra.
Si nos sentimos bien, somos capaces de gestionar los obstáculos de forma sana, nos comunicamos y expresamos libremente, nos queremos y nos respetamos, de igual forma que queremos y respetamos a los demás.
La única persona que puede cambiar tu vida eres TÚ.
El bienestar emocional solamente es posible si aceptamos nuestra responsabilidad: de darse cuenta que eres tú quien crea tus pensamientos, sentimientos y acciones.
El bienestar emocional es uno de los grandes objetivos a realizar en nuestra vida, y es algo para lo que no se nos prepara. El bienestar emocional está muy ligado a la salud y dentro de esta denominación se engloban aspectos como: aprender a manejar mejor las emociones, controlar el estrés o mejorar los estilos de vida.
¿Tenéis dudas sobre si necesitáis hacer terapia?
La convivencia, los malentendidos cada vez más frecuentes, las discusiones por cuestiones banales, celos, una vida sexual empobrecida, discrepancias acerca de la crianza de los hijos, un desequilibrio entre el trabajo-vida privada, una infidelidad… todos estos factores pueden desencadenas una crisis.
Estos son algunos de los motivos más comunes por los cuales las parejas suelen acudir a terapia. Si bien es cierto que todos ellos son de naturaleza distinta, tienen un denominador común: la comunicación.
Las relaciones de pareja, como cualquier otra relación interpersonal, se ven claramente afectadas por una pobre comunicación. El tono, el contenido, palabras extremas como “siempre” o “nunca”, reproches continuos… todas estas cuestiones hacen que nuestras interacciones sean más negativas que positivas.
En algunos casos, las diferencias de valores también entran en juego, poniendo en jaque el bienestar de la relación.
Si la situación se mantiene, a medio plazo seguramente nos sentiremos agotados y otras áreas de la pareja como el afecto y la sexualidad se verán afectadas, agravando más la situación.
Esperar a que el tiempo mejore la situación probablemente no sea la solución más efectiva. Si tú o tu pareja sentís cierto malestar, es hora de actuar.
Creo conveniente puntualizar que para mí es vital preservar el bienestar de los miembros de la pareja; ya sea juntos o por separado. De hecho, hay ocasiones en las que la alternativa más óptima es separarse, teniendo como criterio el bienestar de los miembros de la pareja. En este artículo te hablo de las situaciones en las que poner fin a la relación puede ser la solución.
"Quiero amarte sin absorberte, apreciarte sin juzgarte,
unirme a ti sin esclavizarte, invitarte sin exigirte,
dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin herirte."
Virginia Satir