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  • Foto del escritorMontse

Tu vida, tus decisiones

Es fácil ampararnos en la suerte y en el destino. Es fácil pensar (y creer) que no tenemos influencia en lo que nos sucede. De esta forma si fracasamos, si las cosas no nos van tan bien como desearíamos, culpamos a algo superior a nosotros; nos decimos: “he tenido mala suerte”; “si no ha salido bien, es que no tenía que ser”;…


¿De qué manera nos ayudan este tipo de pensamientos? Protegen nuestro ego o, en otras palabras, nuestra autoestima. Nos envían el mensaje de: “si no ha ido bien no es por nuestra culpa, sino porque (el destino ha decidido que) tenía que ser así”.


Pero como si de un boomerang se tratara, todo vuelve; y, en algunos casos, nos golpea.

La contrapartida es que nos enviamos un mensaje poco motivador hacia nosotros mismos, ya que, de cierta forma nos decimos: “no tenemos el control de nuestra vida”.

Pero lo cierto es que sí, sí lo tenemos.


De acuerdo, hay situaciones que no dependen 100% de nosotros, pero para el resto, los resultados dependen de la dirección que escojamos, de las decisiones que tomemos. Por eso te invito a tomar tus propias decisiones.


No seas una hoja movida por el viento; sé el viento que proporciona dirección a las hojas (tus acciones).




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