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  • Foto del escritorMontse

Desconectar para reconectar

A veces tengo la sensación de que pasamos más tiempo en el mundo exterior y en el mundo digital que en el mundo interior. En un mundo hiperconectado, motivos no nos faltan: tanto el mundo exterior como el digital procuran tenernos entretenidos, distraídos e inmersos en las infinitas posibilidades que ofrecen.


¿Cómo vamos a dejarlos de lado?


Bajarse del tren implica la posibilidad de perder oportunidades, de "quedarnos atrás".


¿Pero es realmente así?


Me pregunto si todas las interacciones que hacemos con el mundo exterior y, sobre todo, con el digital son valiosas; si nos aportan. Seguramente algo nos aporten... ¿pero se trata de algo de valor? ¿Qué sucedería si pasásemos menos tiempo conectados?


Desconectar nos brinda la posibilidad de poner distancia (mental y, sobre todo, emocional) con todo aquello que nos entretiene o, en ocasiones, nos distrae de la vida "real".


Podemos poner distancia:

- Limitando el tiempo que pasamos conectados.

- Dejando la tecnología de lado mientras desayunamos, comemos, cenamos... Cuando estamos acompañados...

- Creando espacios "detox" o "technology-free" en los que puedas disfrutar plenamente de lo que haces, de ti, y de tu compañía.


Gracias a esta distancia, podemos plantearnos lo siguiente:


1. ¿Qué me aporta?

2. ¿De qué otra forma podría utilizar el tiempo que ahora invierto en tal actividad del mundo digital?

3. Por lo tanto... ¿Lo quiero en mi vida? ¿Sí?, ¿no? ¿En qué medida?

4. En base a la pregunta anterior, ¿cada cuánto es aceptable?


No debemos olvidarnos de las obligaciones que acarrea estar siempre conectados: no solamente leer y contestar WhatsApps o comentarios, sino hacerlo con cierto periodo de tiempo; dar like a las fotos de nuestros familiares y amigos, responder a sus stories de Instagram o a sus post de Facebook... nos puede generar ansiedad, sobre todo por las posibles consecuencias de no hacerlo. Todo esto nos crea un sentido de obligación que no siempre hemos escogido libremente.


Ahora viene la parte de "conectar". ¿Conectar con qué? Con nosotrxs mismxs, con nuestros valores, con nuestros objetivos y con lo que queremos en nuestra vida. Podemos establecer unos criterios; por ejemplo:


- Que nos ayuden a crecer, a hacernos preguntas

- Que nos brinden aprendizajes

- Que nos distraigan


Te invito a leer este artículo titulado hiperconectados y este otro en el que hablo de la sobreinformación.


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