Muy a menudo confundimos «ser» con «sentirnos». Este podría ser uno de los casos.
Que nos consideremos o no una de las prioridades en la vida de otra persona, depende de varios factores: de su conducta y actitud, de la forma de vincularnos de nuestra pareja, y también de cómo nos vinculamos nosotros/as, de nuestro historial en lo afectivo y relacional, de nuestra autoestima, de nuestras heridas...
Por lo que puede que seamos una de sus prioridades pero que no nos llegue suficiente amor, reciprocidad, atención como para sentir que somos una de sus prioridades.
También sucede que podemos tener diferentes necesidades emocionales, por lo que podemos no encontrarnos en el medio del cambio.
O puede que entendamos las relaciones, el compromiso y el cuidar al otro de formas distintas. Y que lo anterior genere un conflicto.
En todo caso, aunque nuestra pareja afirme que para ella somos una prioridad, si no lo sentimos así, será interesante que nos detengamos y exploremos qué puede estar sucediendo dentro del vínculo; que demos espacio a cómo nos sentimos, que demos sentido a nuestra realidad emocional teniendo en cuenta nuestra historia de vida.
Pero, en todo caso, que no caigamos en invalidarnos por eso de que nuestra pareja dice que nos priorice. Porque puede que así sea... O puede que no. O no tanto como se necesita para construir un vínculo sano, seguro y recíproco.
Tener relaciones sanas en las que las necesidades emocionales de ambas partes se honren, no es fácil (te hablo de ello en mi libro Amor sano, amor del bueno, haz clic aquí para más información); requiere de saber identificar lo que necesitamos, de poderlo expresar y de que nuestra pareja pueda abrazarlo y explore en qué medida nos lo puede ofrecer sin dejarse de lado. Como decía, nada fácil. Pero tampoco imposible.
Y, si no trabajamos en torno al vínculo, nuestra experiencia subjetiva dentro del mismo puede no ser satisfactoria, cuanto menos; y causar mella en nuestro bienestar en algunos casos. Y es que, no debemos olvidar que, aunque subjetivo, cómo nos sintamos IMPORTA. Sin embargo, me gustaría dejar la subjetividad de lado y centrarme en hechos que pueden ayudarnos a discernir si somos o no, prioridad para nuestra pareja (si somos una de las prioridades en su vida) teniendo en cuenta varios de los puntos siguientes.
- ¿Te responde a los mensajes? A veces no es cuestión de sí o no, pero quizás sus respuestas se demoran más tiempo del que desearíamos... y del que permite que la relación sea fácil y fluida. Puede que esté muy ocupado/a, pero responder con ciertos márgenes tiene que ver más con el interés que con el ajetreo.
- ¿Cuando le explicas un problema o algo importante en tu vida, le presta atención, se preocupa y retiene la información para hacer un seguimiento y preguntarte cómo estás al respecto al cabo de unos días?
- ¿Quedáis siempre en casa de uno de los/as dos, no hacéis planes fuera o hacéis planes únicamente cuando él/ella puede?
- Cuando quedáis, ¿contesta los WhatsApps y llamadas dejando de lado vuestra conversación, de forma reiterada? Puede
- ¿El contacto es intermitente y, curiosamente, interesado? P.e. mayoritariamente inicia el contacto cuando puede querer algo.
- ¿Comparte contigo sus preocupaciones o intimidades?
- ¿Te presenta a los suyos, o guarda mucha distancia? P.e. solamente conoces a algún/a amigo/a.
- ¿Para verle/la tienes que estar pendiente de sus planes, y te propone quedar a última hora (si no le ha salido un plan «mejor»)?
- ¿En las redes sociales sube fotos habitualmente, pero jamás contigo o jamás te etiqueta?
- ¿Lleváis agendas 100% independientes? P.e. cuando hace un plan, no lo pone sobre la mesa (no esperando permiso por tu parte, sino dando la posibilidad de construir un fin de semana a medida de ambas partes).
Nada de lo anterior nos dice 100% que no seamos una de las prioridades en la vida de nuestra pareja si se da de forma aislada. De la misma forma, puede que lo anterior no se de a la vez pero, sin duda, puede darte una pista de que, quizás, debas prestar atención a cómo estás sintiendo en la relación, analizar tus necesidades y en qué medida se ven satisfechas en la misma.
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Este post también nos puede resultar interesante si nuestra pareja nos exige más y más (más de lo que podemos dar sin dejarnos de lado, o sin olvidarnos de nuestros estándares), bajo el pretexto de sentir que no es nuestra prioridad.
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