Ojalá quererse fuese suficiente. Todo sería más fácil, seguramente. O no. No lo sé.
En realidad, es una situación hipotética, una utopía. Pero se vuelve un problema en cuanto nos damos cuenta de que es una creencia que ha podido gobernarnos hasta que hemos sido conscientes de que no es así. Y puede que nos hayamos dado cuenta no sin antes haber experimentado sufrimiento.
Y es que es posible que sea una idea que nos ha llevado a quedarnos en relaciones que mermaban nuestro bienestar.
«...pero le quiero» se convierte en una coletilla precedida por, a veces, de una larga lista de situaciones que son más que motivo suficiente para poner fin a la relación.
Pero nos quedamos. Porque queremos a nuestra pareja. Y eso parece ser motivo suficiente para hacerlo.
Eso, y el dolor que creemos que vamos a sentir tras dejar la relación. Porque le/la queremos.
Y es así, una ruptura va a doler. Pero también lo hace quedarnos en una relación en la que nuestro bienestar se ve afectado «solamente» porque el amor nos parece condición suficiente.
Y, aunque racionalmente podamos llegar a concluir que no es así, que no es suficiente, emocionalmente seguimos actuando como si lo fuese.
Pero querernos no es condición suficiente para quedarnos, sino el punto de partida de una relación.
Punto de partida de una lista en la que debemos tener en cuenta otros aspectos:
🌱cómo nos vinculamos
🌱qué buscamos en una relación
🌱qué tipo de relación podemos ofrecer
🌱qué necesidades afectivas tenemos
🌱cómo nos comunicamos
🌱cuáles son nuestros objetivos vitales
🌱cuáles son nuestros valores
...
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Si tu situación te genera malestar y sientes que no cuentas con las herramientas para gestionarla, no dudes en buscar ayuda profesional especializada en el ámbito de las relaciones. Si deseas que seamos nosotras quienes te acompañemos en el proceso, estaremos encantadas de hacerlo. Puedes conocernos aquí y contactarnos desde el formulario de contacto.
